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9 de septiembre de 2013

{Semana 36/52}

Marta - Este adiós


Esta semana he perdido, por una razón absurda e inesperada, injusta e imprevisible, a alguien sin quien me cuesta imaginar el mundo. Amigo desde hace 23 años, Carlos era alguien vital, generador de sonrisas,  una presencia a veces lejos y a veces cerca, pero constante. Amante eterno, de las motos, las comidas de cuchara, de las canciones que decían cosas, de su familia, y de algunas otras cosas, había descubierto hacía poco el desierto y recorrerlo en su coche, y pocas veces lo he visto tan feliz como cuando hablaba de ello.  
La foto con que lo despido no es mía, pero la tomo prestada porque así quiero recordarlo: entre las dunas, bajo las estrellas, con tanto horizonte por delante, tan libre y tan feliz. Como en la foto, se va y nos deja atrás, pero, como en la foto, también, deja un rastro tras él que nunca desaparecerá.
No puedo decir mucho más, nunca me imaginé que la despedida fuera a ser tan pronta y tan dura, tan triste y tan irreversible.
Este adiós se suma a otros adioses que han dolido tanto, pero este adiós duele especialmente. Eliminas un contacto de tu agenda y abres un agujero negro en tu corazón; eliminar algunos es seccionar un trozo del mismo, por eso a lo mejor aún no lo he hecho con el suyo, no sé si lo haré. 
Te hemos acompañado en una lucha larga y dura de 42 días, como dijo un día Marta, tu hermana -y me grabó en el corazón- sonriéndole a la muerte. Acompáñanos tú ahora, no te vayas muy lejos, anda por aquí y déjanos sentirte de vez en cuando. Te queremos tanto…


Charo - Sin "Moooné"

Primera semana de septiembre, y lo que ello conlleva: la vuelta a la rutina; se acabaron los días sin horarios ni responsabilidades.
Esta semana la hemos pasado Gadea y yo juntas en Madrid. Soportando el calor de Madrid. Papá estaba de viaje, y Ramón, afortunado él, aprovechando los últimos días de playa en Santander. Pero para Gadea ha sido el inicio de lo que es será su larga "carrera escolar" (sabemos cuando empiezan pero no cuando acabarán). Así que las dos nos damos el madrugón, y a las 7:30 ella en la guarde y yo en la oficina. La verdad es que me parecía un crimen levantarla tan temprano (mis dos hijos son muy dormilones, y antes de las 10 de la mañana es raro que abran los ojos), y pasar tantas horas hasta poder ir a recogerla por la tarde. Iba con sentimiento de culpa, pensando que en cuanto viera la calle no iba a parar de correr... pero ¡menuda sorpresa la mía!, se lo ha pasado genial, tanto que al salir a la calle... ¡se volvía a la guardería!.
Esto es buena señal. Y así ha seguido toda la semana. Creo que ha necesitado unos segundos de adaptación. Me quedo tranquila. Ya sabía yo que le iba a encantar estar todo el día con otros peques y no parar de jugar. La "pega", la única pega, es que se ha acostumbrado al nuevo horario en un pis-pas... y el sábado, ains, el sábado a las 7 de la mañana ya estaba cantando.
Durante esta semana, las tardes las hemos pasado preparando el inminente inicio del curso de Ramón, y aprovechando para clasificar mil fotos, con Gadea alrededor, que se volvía loca al ver cualquier foto de su hermano.
- Mira Gadea: "RRRRA MOONNN", - así exagerando -.
- "MOO NEEE", - exagerando ella también -.
¿Os he dicho que esta empezando a hablar como una cotorra? O al menos lo intenta...


Silvia - De turismo rural



Esta semana que comienza empieza la vuelta a la rutina asi que hemos querido hacer la ultima escapada del verano. Siempre he envidiado a la gente que tiene "pueblo", el de sus padres, el de sus abuelos. Yo no lo he tenido nunca, nosotros somos de Madrid, Madrid, desde hace generaciones. Pero la libertad que se respira, el olor, el silencio, la tranquilidad de un pueblo de los de toda la vida siempre lo he echado de menos. La vida pasa mas despacio, te olvidas del móvil y del wifi, y te relajas, y hasta te aburres, pero que falta nos hace.  Asi que este pueblecito de la Alcarria, tan cerca de Madrid pero a la vez tan lejos, nos ha dejado el sabor del final del verano.

Ene - En la huerta



Hoy hemos tenido comida en el caserío, y esta foto refleja una situación que se repite siempre que vamos. Se reúnen en la huerta para comentar cómo ha ido la producción de la temporada, que si la producción de tomates este año ha sido pésima, que si los pimientos, que si......... Y por alguna razón, las peques siempre van por detrás de ellas.... aunque no se enteran de lo que dicen........Es lo que tiene ser de caserío!!

Cachi- Fiestas del pueblo, ¿año...?



Y un año más se celebran las Fiestas en honor a Santa Leticia. 

Me parece un mundillo curioso este de los pueblos, en los que se empeñan en conservar sus tradiciones, ya sean bailes regionales, como el reunirse en un lugar llamado "casino" donde solo se juega al mus o al guiñote , y de paso traer una banda el día de la patrona para que toque en dicho local y amenizar el rato a abuelos y demás fiesteros de la zona. Me parece muy bien que se mantengan dichas costumbres. Exactamente igual que hace 20, o 30  o 70 años...es como un miedo a cambiar cualquier cosa, debe ser "como se ha hecho siempre" y queda ese regusto a viaje en el tiempo.

Cambiando la foto de color a B&N, nadie adivinaria en que año se hizo.....

2 comentarios:

  1. Marta lo siento mucho. Un besote muy grande
    Chicas, me encatan saber un poquito de vuestra vida cada vez que abro el blog :)

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  2. Marta,un beso fuerte y todo mi ánimo.Carlos desde donde está seguro que se sentirá feliz por tus palabras.
    Silvia,yo tengo pueblo,así que ya sabes...si necesitas desconectar....
    Ene,creo que te han pillado infraganti!...jajaja que miradas de las dos!...están ideales!!
    Charo,lo tuyo es de triple salto mortal ya!

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