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27 de agosto de 2013

{Semana 34/52}

Marta - Los Mata

“Los Mata” son nuestros amigos Alberto, Ana y Eduardo. Cada verano intentamos coincidir unos días y éste no iba a ser una excepción.
Conocí a Ana en un foro de Internet y, sí, esas amistades que surgen de la nada existen. En 7 años, Ana se ha convertido en una amiga imprescindible, alguien que sabe todo lo que me pasa por el corazón, por incómodo y doloroso que sea. Objetivamente no puede ser más distinta a mí, pero con ella me he reído hasta las lágrimas, ha sido siempre una de mis primeras llamadas en los momentos cruciales de mi vida, a su lado he llorado con la tranquilidad con la que una llora a solas pero sabiéndose acompañada. Hemos visto crecer juntas a nuestros hijos –recordamos siempre aquella primera carrera mítica cuando apenas tenían un año y corrían arrastrando el pañal- alternando los momentos de qué hijos más ideales con los  de no puedo más, y sabiendo que entre ambos está nuestra verdad. Ana es ácida, con la acidez que da la inteligencia y una cierta dosis de mala leche, se ha permitido decirme cosas que no hubiera querido escuchar, pero su fondo es el de una persona buena y que me respeta, un sentimiento que es mutuo.  Juntas hemos conseguido sacar sonrisas e, incluso, carcajadas, de momentos tan áridos que daban miedo.
Alberto es un compañero al que tardamos meses en oír hablar, pero hoy tiene un hueco en nuestros corazones. Y Edu, con sus enfados, sus risas, sus arranques, es un niño al que quiero y espero ver crecer de cerca.
Los Mata son compañeros de invierno, primavera, y otoño, pero los días que compartimos en verano siempre tienen ese algo mágico que nos hace decir “qué bien estamos”, y no es que hagamos nada especial, simplemente eso, estamos, y estamos bien.


Cachi - Agua, tierra, fuego, aire.



Si hay algo que echaré de menos son esos paseos cerca de las 8 de la tarde para poder disfrutar de la puestas de sol del Cantábrico. Estas en contacto con todos los elementos. Ese silencio, el ver como se esconde la luz con los pies metidos en el agua acariciando la arena con los dedos, la brisa en el pelo y la cara, el olor a eucaliptos y mar, los colores del cielo cuando el sol se está poniendo, y como se refleja en los charcos que deja la marea. El sonido de las olas y las gaviotas....Y luego me preguntan por qué me gusta tanto Cantabria.

Puede que si me concentro en ello lo suficiente, consiga no tener que volver a marcharme de allí.


Charo - La Fiesta del Corral


Esta semana hemos celebrado, lo que parece va a ser ya un clásico en los veranos en el pueblo: "la fiesta del corral". Ramón ha cumplido ya cuatro años, y lo ha celebrado invitando a sus amigos a la tarta de chocolate (no concibe cumpleaños sin tarta de chocolate), y a mil juegos en el corral de abuela: pomperos, tizas para pintar en el suelo, pelotas, coches, motos... pero lo que fue el juego estrella sin duda fue la pintura para dedos (aunque quizás alguna madre no haya opinado lo mismo cuando volvieron a sus casas...).

El caso es que entre todos pintaron ese estupendo mural del fondo, y me gustó tanto que quiero dejarlo como recuerdo de la fiesta de cumpleaños de los cuatro años de Ramón.

A la mañana siguiente amaneció diciendo:

- ¡Qué pena, ya se ha acabado la fiesta del corral!

Tranquilo Ramón, tan sólo nos queda esperar un añito más... que me temo pasará demasiado deprisa...

Ene - Vacaciones





 Lo sé, sé que con el título "vacaciones" esta foto como que no encaja... jejeje, para nosotros sí... Estamos de vacaciones, fuera de casa y las siestas son imperdonables, obligatorias diría yo.... a la peque no le cuesta tanto despertarse pero a Izaro... Izaro no puede levantarse de la cama si no es a tirones..... Esta foto no es la mejor que tengo pero sí es una de las que mejor describe a mis marmotillas.... que aprovechen ahora porque dentro de poco..... 

Silvia - Deseos al viento

 

El verano se acaba, toca a su fin apenas dentro de unos días, pronto la vuelta al cole, un nuevo curso, un nuevo comienzo. Hacemos balance. Algo ha cambiadoimperceptiblemente este verano, algo que no se puede apreciar a simple vista, pero nuestros corazones están mas tranquilos, mas felices.

Esta semana hemos lanzado globos al viento, cada uno llevando un deseo, una ilusión. Ahora esperamos pacientemente a que se cumpla.




19 de agosto de 2013

{Semana 33/52}

Ene - Aitxitxe....



Hoy, jueves, nos hemos reunido toda la familia para recordar a un buen hombre, aunque nadie ha hablado sobre su falta, estoy segura de que todos los que nos hemos reunido le hemos tenido en mente en algún momento de una forma u otra.... Yo por mi parte echo de menos al aitite (abuelo) para mis hijas, les hubiese malcriado, hubiese reído con ellas, les hubiese llevado de paseo de la mano.... Pero no ha podido ser, aunque estoy segura de que está con nosotras, que nos cuida y que vela por nosotras....MZA


Marta - Deseos cumplidos

 
Hace unos días mi hija me preguntó si había visto alguna vez una estrella de mar. Le dije que sí, y cómo eran. De improviso, un par de días después, decidimos ir al Oceanográfico, y allí se encontró con una estrella de mar en vivo. Su cara, al verla, fue la de los deseos cumplidos, la cara de cuando uno cree que todo es posible. Yo, que vivo a través de ella experiencias vicarias, sentí la misma satisfacción.
Cuando eres niño, el mundo parece un lugar hecho a tu medida, antes de que llegue la adolescencia y el mundo se haga demasiado grande ante tus ojos que siguen siendo los de un niño pequeño. Las creencias mágicas dan sentido a tus días: si no piso la raya, pasará esto; si ahora pasa un pájaro no pasará esto otro. Crees eso y la vida, a veces, te da la razón. Creces y, con suerte, intentas mantener vivo ese espíritu que te da cierto sentido de omnipotencia o, al menos, de que no eres nadie. Pero con los años te ves obligado a admitir que tu fe, tu fuerza, tus intentos de manejar lo que pasa y lo que deja de pasar no son más que eso: intentos. Relajarse y dejar que la vida siga su curso es complicado, y frustrante muchas veces, pero al fin y al cabo si tuviera que definir que es lo que es “hacerse mayor”, sería eso: admitir que tu volante no conduce y aprender a dejarse llevar encajando lo que viene con la confianza de que eso es lo mejor que podía pasar.
Eva y su estrella de mar, la confianza de que los deseos se hacen realidad


Silvia - Piscina y mas piscina


He de confesaros que no me gusta nada la piscina. Pero que se puede hacer en el verano madrileño, con un calor sofocante y si además tienes la piscina en tu propia casa? Con contaros que después de 12 años viviendo en la misma urbanización nunca nunca me he metido en la piscina. Que queréis que os diga, no le veo la necesidad. Tengo calor, si, pues me voy a la sombra, pero mojarme en un agua heladora como que no va conmigo, con lo friolera que soy. Además lo que mas me gusta de la piscina, tirarme de cabeza, está prohibido.  Pero a una niña de cuatro años le encanta, lo normal. Y después de habernos pasado tardes de invierno en una piscina cubierta, aprendiendo a nadar, todavía tenemos mas ganas de que llegue el verano y poner en práctica lo aprendido. Y aquí aparece la figura de superpapá, siempre dispuesto a meterse en el agua, aunque la noche anterior haya caído un tormentón y el agua esté gélida, gélida. Y a mi me gusta tanto verlos disfrutar, desde el borde de la piscina, eso si, con los píes metidos en el agua. Me gusta tanto verlos reír, zambullirse, nadar y bucear.... que este año hasta me va dar pena que se termine la temporada de piscina.


Charo - El Toro de Cogollos


Ese toro que se ve en el fondo, para mí guarda un montón de momentos de mi infancia en Cogollos, el pueblo de mi padre. Cada vez que circulo por la carretera a su paso no dejo de recordar aquellas tardes de verano en las que mi tía nos llevaba al toro a merendar mientras jugábamos a contar los colores de los coches que pasaban a nuestros pies. O cuando después de un viaje de más de hora y media en el 850, mi padre nos decía para ver si nos calmábamos: "¡a ver quien es el primero que ve el toro!". Y es que si veíamos el toro, significaba que por fin habíamos llegado a Cogollos.

Cogollos era un pueblo pequeño, pero recuerdo que para mí tenía tres grandes atractivos: ese toro inmenso a su entrada, los pilones donde iban a beber los bueyes (y en los que me caí unas cuantas veces por sosa que dirían mis hermanos), y la estación de tren abandonada donde también íbamos a pasar la tarde para ver los trenes y poner las monedas sobre la vía y verlas apachurraditas. Sin olvidar aquellas meriendas de pan con vino tinto que preparaba mi abuela, o aquella bolsa de patatas fritas que siempre caía por las fiestas de San Pedro, o el helado de corte en el cumpleaños de mi tío, que mi hermano mayor se ventilaba en un pis-pas y luego protestaba porque a todos los demás nos duraba una eternidad...

Son muchos los recuerdos, y poco el espacio para contarlos. Me conformo si cada vez que pasan por Cogollos y ven el toro recuerdan que su madre vivió muchos buenos momentos en ese pueblo.

Ayer fuimos de excursión a Burgos, y mi proyecto 52 fue la excusa perfecta para acercarnos a Cogollos y a su toro...

Cachi - Olas


Me encanta el surf. He soñado toda la vida con subirme a una tabla, adoptar pose y que me lleven las olas hasta la orilla. Lo malo es que me decidí en plena crisis de mediana edad, cuando ya no se tiene la misma agilidad de cuando era una pipiola y podía lucirme. El caso es que un día lo probé y ya no he podido parar, aunque sea de verano en verano y tiro porque me toca. Y no lo hago muy bien (falta de agilidad, repito) pero disfruto mucho de toda la parafernalia que rodea al momento de coger mi tabla y remar, notar como me lleva el agua y el sonido suave cuando consigues deslizarte unos breves instantes y el mundo es tuyo. Me tiene enganchada.
Y cuando no estoy  en el agua, se me pasa el rato mirando a los que si están y envidio a los que pueden disfrutar de ese momento mágico con más facilidad de la que yo muestro. Mi sueño es vivir en un lugar en el que pueda bajar todos los dias a disfrutar de las olas, aunque sea desde la orilla.

12 de agosto de 2013

{Semana 32/52}

Charo - Un Ramo de Flores


Las vacaciones de mamá suelen ser de 30 días. Las vacaciones de los peques ¡una eternidad! Así que hay que hacer malabares para conseguir que no pisen Madrid en algo más de dos meses y disfruten de la vida "salvaje" en el pueblo.

Esta semana me ha tocado ir a trabajar unos días a Madrid, y ellos se han quedado en el pueblo con abuela Pili y Rodrigo ¿Qué quién es Rodrigo? Pues por lo visto una mezcla de primo mayor guay, amigo enrollado, padre reguñón, tío enrollado  y abuelo complaciente si se tercia...¡ah! y también de madre amorosa, porque ha sido él quien ha dormido con Gadea y le daba el biberón de la mañana y el chupete cuando protestaba.

Por las mañanas Ramón va al cole de verano que hay en el pueblo, y lo primero que me dijo cuando hablé por el por teléfono era que me había regalado un ramo de flores muy bonito que había recogido en una excursión que hicieron al campo. También me lo comentó la segunda y la tercera vez. ¿Y qué diréis qué me dijo cuando el jueves por la tarde regresé y despertó de su mini-siesta? Abrió los ojos, se los frotó y refrotó, y mientras volvía de su sueño me dijo:

- "Mamá, te he regalado un ramo de flores muy bonito"

Le acabo de acostar, y tras llamarme una superhéroe por subirle las escaleras en brazos, me ha pedido que cerrarse los ojos, porque quería darme un "beso del amor"... Yo es que me lo como ¡a besos!


Silvia - Mamá, mas fotos NO


A ver, yo entiendo que llevamos ya 32 semanas, yo entiendo que mi hija esté cansada, pero justo, justo, cuando iba a conseguir esa instantanéa de sus carita reflejada en la mesa, tenía el enfoque perfecto, y, zas, se terminaron las fotos. Se cansó, y no la culpo. Desde que que empecé con esto del 52 llevo la cámara conmigo a todos los sitios, y cuando digo a todos los sitios son todos. Bueno, menos aquella vez que mi marido se puso terco y me dijo que no me llevará la cámara a la vacuna de la niña, para mi era lo mas importante de la semana!!! Gracias al 52 he conseguido momentos que de otra manera se hubieran quedado, con el tiempo, en el olvido, he fotografiado primeras veces, gestos de complicidad... Cada día me enamora mas este proyecto que empecé con mis compañeras y creí que no podría seguir (la constancía no es mi fuerte). Pero recuerdo las palabras de una de ellas animándome a hacerlo: "Por respeto a las demás, publicarás tu foto todas las semanas". Y es cierto, porque no es mi foto, son cinco fotos que componen nuestra historia, que cuando acabe el año contarán nuestro año, el de todas, y cuando mi hija lo vea dentro de algunos años, creo que le gustará, y a mi me gustará enseñarla este trocito de vida compartido.

Marta - Verano y amigos
 

 Esta semana, hemos compartido unos días con Julio, un amigo de mi hijo mayor. Me gusta ver a mi hijo con sus amigos, más si están conviviendo en casa con nosotros, porque, por momentos, se olvidan de que andamos cerca y es una oportunidad estupenda para observarlos como por un agujerito. Me gusta más aún si, como estos días, lo veo feliz y las horas fluyen para él y su amigo.

Cuando yo era adolescente, no íbamos a la playa. Las vacaciones eran días interminables en la sierra. Como todos los adolescentes, supongo, tenía un arraigo desmedido en mis amigos y separarme de ellos convertía cada hora en un desierto. Mi madre intentaba que hiciera amigos nuevos donde estábamos, pero a mí, que ya era de lealtades inquebrantables, entonces entendidas con el desaforo exclusivo de los 15 años, nadie me gustaba tanto como mis amigos “los de verdad”.  Mi madre traía entonces a alguno de ellos a pasar unos días con nosotros. Recuerdo aquellos días como un minimundo dentro del mundo de los mayores, montar la tienda de campaña junto a la casa de mis padres y meternos allí a comer pipas y reírnos; pasear por los sitios de siempre pero vistos con otros ojos que los volvían más interesantes; la hora de dormir sintiendo que el día había merecido la pena y mañana teníamos otro entero a nuestra disposición.

Hoy yo soy madre y mi hijo es adolescente. Su amigo nos ha regalado a todos unos días para recordar, porque es muy amigo de mi hijo, porque ha sido cariñoso con mi hija, porque es educado y entrañable y nos gustaba oírle contarnos cosas y preguntarnos otras. Porque es, como mi hijo, un adolescente pero sigue dejando ver el niño que ha sido, y su mirada aún se asombra y su sonrisa sigue siendo limpia. Ayer se fue, y nos quedamos tristes. Gracias, Julio.


Ene - Juegos y risas



Semana tras semana voy viendo las fotos de Charo con sus peques y me encanta.... me encanta ver cómo se retrata con sus hijos, me encanta pensar que el día de mañana Ramón y Gadea verán a su madre durante un año en 52 fotos, y eso lo tendrán para siempre. Además, Eva Ruiz (La Bicicleta Vermella) nos propuso hacer fotos con nuestros peques y me pareció un buen momento para empezar a hacerme más fotos con ellas, para que dentro de unos añitos puedan coger el álbum del año 2013 y puedan ver cómo fue ese año para nosotras.... feliz!!!!

Cachi - Camping & Beach time.


Que largo se hace el año cuando estás soñando con volver a oír las olas, pisar la arena, oler el mar en el aire y llevar el pelo lleno de sal. Que largo se hace esperar a ir descalzo todo el día, quedarte en la orilla mojándote los pies o sentarte a jugar  y hacer castillos con pozos y almenas con los niños, y recoger conchas de todos los colores y palitos y cristales pulidos por el arrullo del agua. Y quedarnos allí hasta que el sol se esconde...
Cuando estoy junto al mar respiro de nuevo, y se marcha toda la tensión de estar donde no quieres para disfrutar de esos sonidos, colores y olores del verano que tan feliz me hacen.






5 de agosto de 2013

{Semana 31/52}

Marta - Días de campo

Nosotros no somos muy camperos. Mi hija y yo, sobre todo, somos urbanitas, necesitamos suelo duro bajo los pies. Pero este año hemos ido a pasar unos días a casa de mi padre. Han sido días de familia, madre, hermanos… Un gusto parar el tiempo y tomar distancia. Dejar pasar el día sin mirar el reloj y disfrutar de la noche fresca del campo. Hacernos fotos al atardecer y jugar a las modelos y las fotógrafas. Y por supuesto, las guerras de mangueras, un clásico de mi familia desde que yo era pequeña. Esta semana no tengo mucho más que contar. Feliz comienzo de vacaciones.


Silvia - Helados


Cuando se pasa agosto en Madrid, como es nuestro caso, hay combatir el calor como sea. Una de nuestras maneras preferidas es organizar una tarde de helados. Me recuerda tanto a cuando yo era pequeña. Es un ratito mágico en el que todo vale, hasta mancharse. Recuerdo todavía el sabor de alguno de mis helados favoritos, aunque yo he sido muy clásica y mi favorito desde siempre ha sido un buen bombón helado. Hace algunos años abrieron una heladería en el barrio, tradicional, veíamos la maquina de hacer helados y existían cantidad de sabores. De tanto ir, el heladero, acabo conociéndonos, y me daba a probar los sabores con los que iba experimentando. Recuerdo que un fin de semana se marchó a Toulusse a por violetas, nos contó que de allí son las mejores, y esa semana nos obsequió con helado de violetas. Aquella heladería duró dos veranos abierta. El tercer verano yo pasaba y pasaba pero nunca volvió a abrirse. Y nunca mas volví a ver al heladero, y eche de menos sus helados, sobre todo aquel primer año en que cerró y yo me quedé embarazada y recorrí muchas heladerías con mi antojo pero nunca encontré unos helados como los suyos.


Cachi - 100 cosas que hacer con los niños en verano.


Y aquí estoy yo, leyendo la lista de las 100 cosas, porque mi cerebro saturado de intentos de entretener niños/recoger y/o/u ordenar la casa, ir a la piscina, nadar 30 largos con alguno de los peques en modo-lapa, comidas, más limpieza...que no doy para más. En dicha lista aparece una variedad importante de cosas chulas y sencillas para hacer, pero me gustaría que también hubiese apartado B en plan "y mientras tómate un mojito"...porque yo tardé 2 o 3 días en preparar estos bonitos y refrescantes cubitos con los que harían torres y otras maravillas mientras yo miraba extasiada el disfrute de mis vástagos.....y cuando vi lo que les duraba la diversión y lo que tardó en deshacerse el hielo, me arrepentí de no haber hecho un bloque solo para mi, con el que prepararme el delicioso coctel con su menta incluida.
Vamos, que las 100 actividades están muy bien....pero que también las preparen ellos que algo aprenderán y a lo mejor les da pena pasar a otra cosa tan rápido....¿no?


Ene - Mañanas de domingo y de risas


Las mañanas de los domingos son momentos bastante relajados.... normalmente despertamos nosotros a las peques porque son unas dormilonas (que bien...). En el momento en que Garazi se despierta se levanta y mira hacia la cama de su hermana... que casi siempre le cuesta bastante despertar, Garazi siempre le llama como una loca hasta que consiga que Izaro levante la cabecita y le eche una sonrisilla.... En ese momento empieza la juerga!!!! jajaja, me encanta ver cómo se divierten juntas.


Charo - Con la Cámara a Cuestas

El verano es una época en la que no salgo ni un solo día sin la cámara, estando todo el día en la calle, parque, piscina, campo siempre será más fácil pillar una buena fotografía para el recuerdo. Es más, a veces vamos en coche para llegar a algún campo de girasoles, un trigal, un atardecer bonito… así que quería dejar como recuerdo de estos días una de las escenas más habituales: mamá haciendo fotos de los peques. Una escena a la que se han acostumbrado ya tanto, que Gadea no duda en acercarse a la cámara, mientras Ramón ve mucho más interesante las hormigas del suelo. Nunca me había visto desde esta perspectiva, y confieso que eso de “mamá fotógrafa” me encanta. Aún queda mucho verano para seguir haciendo miles de fotos.