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25 de marzo de 2013

{Semana 12/52}

Marta - Across the sea


Mi hijo Manuel tiene un espacio interior que llena a veces con silencios. A mí, que soy de naturaleza eminentemente verbal, me ha costado entender que puede apartarse de repente y quedarse callado y que eso no significa que esté triste o que se sienta mal.  Hemos estado en Euskadi este fin de semana, y se separó un momento del grupo para sentarse solo a mirar el mar. Cuando era pequeño viajaba en el asiento trasero del coche e iba callado, y cuando pensábamos que se había quedado dormido se oía su vocecita “estoy disfrutando del paisaje”. Esos genes son de su padre, de hecho es increíble cuánto se parecen por dentro y por fuera, y este tema merece una semana para él solo.
Esta semana se va lejos, viaja a Nueva York, y ni su padre ni yo vamos con él, aunque va su tía que tiene un nivel de cuidado hacia él que hace que sepa que no corre ningún peligro. Está emocionado, y me ha enternecido que cuando le he contado que mi hermana me preguntó si no me asustaba que se marchara tan lejos (no, no me asusta) me ha dicho “yo también lo he pensado, es muy lejos”. Mi hijo bajará del avión en el aeropuerto JFK, cogerá un taxi amarillo de los que yo sólo he visto en las películas, pagará en dólares y hablará en inglés. Seguro que nunca olvidará este viaje. ¡La emoción te espera al otro lado del océano, Manu! Durante unos días, Nueva York será más bonito porque mi hijo estará ahí.


Ene - Una tarde cualquiera de invierno


 
Mi hija hace poco nos hizo una propuesta, bastante inusual y que nos gustó mucho.... nos propuso que cuando llegásemos a casa no encenderíamos la tele y jugaríamos todos un poco antes de cenar, a partir de aquel día la tele está prohibida hasta después de la cena, que es cuando tocan un par de capítulos de Bob Esponja...
La verdad es que es una gozada jugar con ellas, haciendo puzzles, cantando, bailando... todos los días pasa algo nuevo. Y la peque siempre al tanto para ver si puede coger algo y llevárselo a la boca!!! jajaja
 
 
Cachi - Color en la calle.


Ahora que un famoso centro comercial y las golondrinas están anunciando la primavera y la llegada del buen tiempo, es momento de poder dejar nuestra hibernación y empezar a disfrutar de actividades varias al aire libre. Cuando viene alguna amiguita a casa, una manera de que el orden dure un poco más es sacar una caja con tizas y decir algo así como "libre albedrío" y mirar  cómo decoran cada centímetro de nuestro trocito de pueblo, dando igual que sea suelo, pared, puerta o una abuela que pase por allí. Se lo pasan pipa y no dejo que nadie les diga que "esonosehace"...¡Qué ganas teníamos de poder salir de la cueva! y sin abrigo. Lo que me recuerda que llega el temido cambio de armario, pero da igual. Es sarna con gusto :) ¡Hola Primavera!



Charo - Youtube


Esta semana hemos seguido con los coletazos de esa gripe/laringitis aguda que vino para quedarse unos días con todos nosotros. Así que entre toses, dosis de jarabes, fiebres, siestas varias y baños de vapor, tuve que recurrir a lo que fuera para entretener a los peques después de tantos días de encierro. El youtube, y los vídeos de bebés partiéndose de risa, han sido todo un descubrimiento, aunque con Gadea al lado, hacer cualquier cosa con el portátil es misión casi imposible: no para hasta que consigue aporrear el teclado, con el correspondiente "cabreo" de Ramón.

- Nooooooo, "Gaea", noooooooooooo.


Silvia - Entre cabras

 
A mi hija, desde que era un bebé, siempre le han gustado los animales, de cualquier tipo, perros, gatos, peces, periquitos, elefantes... En eso se parece a mi que tuve un tiempo en el que hubiera adoptado a cualquier bichito con el que me cruzaba por la callle. Ahora cuando pasamos por una tienda de animales, pegamos nuestra naricilla al escaparate y fantaseamos con llevarnos algún cachorrilo a casa. En cuanto podemos nos escapamos al zoo, a la granja, al safari...Y hoy, en una de esas visitas,  no ha dudado ni un momento cuando ha visto abierta la puerta del corralito de las cabras. Allí que ha ido ella a acariciarlas, a darlas de comer, a revolcarse en el barro. Ha sido un momento feliz, para ella, entre cabras, y para mi viéndola disfrutar.

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